Si la teoría afirma que es la selección temática de los medios la que influye en la selección o percepción temática del público, habría que preguntarse entonces… ¿quién determina la agenda de los medios?... Entre otros varios factores, es el gatekeeper (portero, guardabarreras, cuidador del acceso) quien determina la agenda de los medios.
Es el hombre filtro, que deja pasar unas informaciones y otras no, que realza, comunica o silencia unos temas sobre otros. Es la persona que, individual o colectivamente, en los medios de comunicación son los encargados de seleccionar las noticias que aparecerán en su medio. Es la persona encargada de enjuiciar qué temas son periodísticamente interesantes de los que no, determina el tiempo o espacio, según el medio, que ocupará un tema además del tipo de cuerpo, titular o ubicación, y la importancia que haya de dar a un ítem o el género periodístico con el que tiene que ser tratado.
La labor del gatekeeper es necesaria ya que el volumen de información es tal que siempre hay que elegir un pequeño grupo de acontecimientos que sobresalgan del resto. El gatekeeper realiza esta selección siguiendo criterios profesionales: novedad, oportunidad, relevancia del personaje, contenido de las noticias, consecuencias del hecho, disponibilidad de material, público al que se dirige, al medio y la competencia, etc…
Muchas veces son las agencias de noticias, gabinetes de comunicación de empresas, partidos políticos y otro tipo de asociaciones, quienes determinan las agendas de los medios de comunicación, proporcionando una referencia a los medios indicando cuáles serán los temas más preferentes del día, pero hay que tener cuidado, aparecer en los medios no es opinar en los medios.
Pero son realmente los gatekeeper los que deciden todo, en realidad son todos los escalones de la pirámide informativa. El redactor cuando entra a trabajar en el medio ya sabe lo que puede vender o no a su superior inmediato, y de ahí para arriba, tomando en cuenta las directrices de la empresa propietaria, y ahí es donde nos encontramos con que la propiedad de los medios de comunicación cada vez está en menos manos, y no tiene nada de extraño que proporcionen una visión de la realidad tendiente a defender algún punto de vista en particular, subordinado a partidos políticos y grupos financieros, alcanzado el mayor grado de descrédito de la etapa democrática y no se ven cambios en el horizonte inmediato.
En los medios electrónicos, hoy, el concepto gatekeeper es menos frecuente, y es la propia persona quien filtra su información, de acuerdo a lo que quiere comunicar, no es tan fácil el control, porque los emisores se han multiplicado y no hace falta mucho dinero ni organización para difundir información y/u opinión. Los medios clásicos tendrán que adaptarse, abrirse a otras voces, o irse haciendo cada vez más vacíos y lejanos.
La gente, cada día más al margen de los medios clásicos y las instituciones, se organiza en la red, se informa y conforma su opinión seleccionado en Internet las fuentes que le parecen apropiadas. Son voces diferentes que seleccionan y jerarquizan noticias diferentes tratadas de diferente forma.
Los nativos digitales no entienden, como sus padres, el papel del diario o la pantalla del televisor les trae la realidad a casa. Ellos nacieron con la capacidad de crear diarios online o de alterar la pantalla a su gusto fácilmente. Para ellos una pantalla es algo con lo que han jugado desde niños, algo sencillo de manipular con un joystick o un ratón, el impacto sicológico de este hecho es importante, y el dicho “la cámara no miente” no tiene ya sentido para ellos. En la red ellos eligen entre una multitud de gatekeepers, no les vienen impuestos, o son ellos los propios gatekeepers.
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